La casita del árbol tiene un atractivo innegable: guarda los mejores recuerdos fantasías de la infancia, así como nuestras primeras señales de identidad e intimidad. La casita del árbol es un fuerte, un refugio, un nido, un lugar donde guardar secretos, recuerdos de los amigos y aventuras compartidas.
Sin embargo, y según hemos podido descubrir en el sitio Apartement Therapy, ya no es un proyecto que se deba limitar a los años tiernos.
Peter Bahouth es un arquitecto que ha comenzado un proyecto envidiable: construir una casa del árbol para grandes.
Con madera y componentes reciclados, en el nicho que sustentan cuatro árboles, Bahouth ha construido una maciza casa del árbol, con grandes ventanales, un amplio espacio interior y ierta precariedad en la estructura que es parte de su encanto.